Altas Capacidades

Las altas capacidades intelectuales pueden ser tanto una bendición como un desafío. Si bien estos niños y adolescentes tienen un gran potencial, también enfrentan dificultades emocionales y sociales que pueden complicar su desarrollo. Las expectativas elevadas, el perfeccionismo, la ansiedad y la dificultad para socializar son solo algunos de los retos a los que se enfrentan.

Según estudios, entre el 5% y el 10% de los niños en edad escolar muestran características de altas capacidades intelectuales, aunque un gran porcentaje de estos jóvenes no recibe el apoyo adecuado para su desarrollo emocional y social.

A través de una intervención especializada, mi objetivo es ayudar a estos jóvenes a desarrollar su potencial sin perder de vista su bienestar emocional, trabajando la gestión de la ansiedad, la frustración, el perfeccionismo o las dificultades sociales que a menudo acompañan a este perfil. Te acompaño para que seas el mejor apoyo que puedan encontrar en cada situación.

¿Cuáles son las dificultades más comunes en niños y adolescentes con altas capacidades?

Aunque las altas capacidades a menudo se asocian con logros académicos, también pueden traer consigo una serie de dificultades que no siempre son visibles:

Ansiedad y perfeccionismo: Los niños y adolescentes con altas capacidades a menudo se enfrentan a la ansiedad debido a la presión que sienten por mantener un alto nivel de rendimiento. El perfeccionismo puede llevarles a ser muy autocríticos y a evitar nuevas actividades por miedo a no hacerlo «perfecto».

Frustración: La frustración puede aparecer cuando estos jóvenes no ven satisfechas sus expectativas, ya sea porque las tareas les resultan aburridas o porque se enfrentan a problemas sociales y emocionales que no saben cómo manejar. La frustración acumulada puede manifestarse en problemas de comportamiento o en aislamiento social.

Dificultades sociales: Es común que los niños y adolescentes con altas capacidades experimenten dificultades para socializar. Pueden sentirse diferentes a sus compañeros, lo que genera sentimientos de aislamiento y, en algunos casos, puede llevar al acoso escolar. Este aislamiento puede afectar su autoestima y su capacidad para relacionarse de manera efectiva con los demás.

Falta de motivación o aburrimiento: En muchos casos, los niños y adolescentes con altas capacidades pierden la motivación si sienten que las actividades académicas no son lo suficientemente desafiantes. El aburrimiento crónico en la escuela puede ser un factor clave para que su rendimiento escolar no refleje su verdadero potencial.

Un informe de la Asociación Nacional para Niños Superdotados (NAGC) indica que el 40% de los estudiantes con altas capacidades tienen dificultades emocionales, como la ansiedad o la depresión, lo que subraya la importancia de una intervención temprana.

¿Cómo Ayuda la Terapia en Altas Capacidades?

El trabajo terapéutico en niños y adolescentes con altas capacidades se centra en abordar las dificultades emocionales y sociales que pueden surgir debido a su alto nivel intelectual. A través de la intervención, los jóvenes y sus familias reciben las herramientas necesarias para gestionar estas situaciones, desarrollando habilidades emocionales que les permitan navegar mejor por su entorno.

• Gestión de la ansiedad y el estrés: Enseñar a los jóvenes a manejar la ansiedad derivada del perfeccionismo y las expectativas es fundamental para su bienestar a largo plazo. A través de técnicas de mindfulness y otras estrategias de regulación emocional, los adolescentes aprenden a controlar su ansiedad y a gestionar el estrés de manera más saludable.

• Apoyo para la frustración: Los adolescentes con altas capacidades a menudo necesitan aprender a manejar la frustración y la decepción de manera constructiva. La terapia puede ayudarles a modular sus expectativas y a desarrollar resiliencia frente a los desafíos.

• Desarrollo de habilidades sociales: Una parte importante del trabajo terapéutico se centra en mejorar las habilidades de interacción social. Esto incluye ayudarles a entender las diferencias entre ellos y sus compañeros, desarrollar empatía y construir relaciones sanas y equilibradas.

• Fomento de la autoaceptación y la autoestima: Es crucial trabajar en la autoaceptación para que los jóvenes puedan aceptar sus diferencias como algo positivo y no como una carga. Fortalecer su autoestima les permitirá sentirse cómodos con quienes son y con sus talentos, sin que estos les resulten una fuente de presión.

¿Cómo se Estructura la Intervención?

La intervención especializada se adapta a las necesidades individuales de cada niño o adolescente, así como a la dinámica familiar. En muchas ocasiones, es importante involucrar a los padres en el proceso terapéutico para que puedan ofrecer el apoyo adecuado en casa.

Las sesiones pueden incluir tanto trabajo individual con el niño o adolescente como sesiones con la familia para mejorar la comunicación y desarrollar estrategias que apoyen el desarrollo emocional del joven. A lo largo de las sesiones, nos enfocaremos en fortalecer las habilidades sociales, manejar el perfeccionismo y la ansiedad, y fomentar un equilibrio entre su potencial intelectual y su bienestar emocional.

Si crees que tu hijo o hija está enfrentando desafíos relacionados con sus altas capacidades, no tienes que hacerlo solo/a. Agenda una consulta y comencemos a trabajar juntos en su bienestar emocional y en el desarrollo de su verdadero potencial.